En-dependencia

La gente suele pensar que ser independiente es sinónimo de vivir aislado, de no necesitar a nadie y de mantener una distancia emocional con los demás. Sin embargo, esta idea está lejos de la realidad. La independencia verdadera no se trata de rechazar compañía o de evitar la cercanía emocional. En muchos casos, ser excesivamente independiente tiende a ser visto como un rasgo antisocial o asocial, una especie de barrera que impide la conexión humana.

Para algunos, la independencia extrema incluso puede ser vista como un rasgo de indiferencia o pasotismo, interpretándose como falta de interés o apatía. Pero aquí hay que hacer una aclaración importante: ser independiente no significa ser insensible ni mucho menos incapaz de establecer lazos profundos. Alguien que alega independencia como excusa para no preocuparse por ti, no llamarte o no mostrar interés, simplemente no está comprometido emocionalmente.

Este concepto me lleva a pensar en el término «en-dependencia». Con este término quiero ofrecer una nueva perspectiva: el equilibrio entre la independencia y el deseo de conexión. Alguien en-dependiente es una persona plenamente autosuficiente, capaz de ser feliz con sus propios logros, intereses, y metas. Esta persona es dueña de su bienestar, disfruta de sus aficiones, valora sus relaciones y encuentra satisfacción en su crecimiento personal. Pero, al mismo tiempo, es consciente de que tener a alguien especial en su vida le aporta una felicidad adicional.

En-dependencia significa saber que puedes ser feliz por ti mismo y que puedes caminar tu propio camino sin necesitar la presencia constante de alguien más, pero también significa reconocer que la vida se vuelve aún más plena cuando la compartes con alguien que amas. En-dependencia es lograr un balance, ser capaz de sentirte completo por ti mismo y, al mismo tiempo, disfrutar de la compañía que te complementa, entendiendo que la verdadera independencia no excluye la posibilidad de compartir, amar y crear lazos. En este sentido, el verdadero reto no es decidir entre independencia o compañía, sino lograr integrarlas de manera armoniosa.